Después de recibir la última pista (un mapa que nos hizo llegar el bufón), nos preparamos para emprender nuestra misión. Nos fabricamos unas varitas mágicas (imprescindibles para protegernos de la bruja) y llenamos nuestras cabecitas de todo lo que habíamos aprendido durante estas semanas. Nunca se sabe.
Descubrimos que el castillo que buscábamos era el de Salobreña. Bueno... no estaba demasiado lejos.
Para ir con las espaldas bien cubiertas, les pedimos a los papás y a las mamás que nos acompañaran. Se apuntaron un montón. ( muchas gracias por vuestra participación)
Llegó el gran día. Nos montamos en el autobús, y aunque el viaje fue largo, nos portamos de rechupete.
Llegamos al castillo. Como decía la primera carta del Caballero Triste, estaba encima de un cerrillo. Arriba del todo. Pero, aunque tuvimos que andar un ratito, la primera sorpresa no tardó en llegar. Nos estaba esperando el bufón. Nuestro amigo el bufón que tanto nos había ayudado. Y como no, nos dió una pista para localizar a la dama.
El pergamino encantado que tenía el bufón, nos llevó hasta la habitación de las mil ventanas, donde nos esperaba una trovadora. Una poesía le tuvimos que recitar, y le cantamos una canción. Así conseguimos leer el segundo pergamino. ¿Qué diría?
¡A MERENDAR! Es fundamental tener energía para derrotar a la bruja. Así que le hicimos caso a lo que nos aconsejaba el pergamino, y fuimos a llenas nuestras tripitas.
Pero el momento cumbre se acercaba. Se notaba en el aire. El bufón nos llevó hasta un gran patio central que había en el castillo. Allí, los dinosaurios dijeron su hechizo y, como por arte de magia, apareció ella. La temida bruja Patuja.
Como habéis visto, un segundo hechizo, formulado por los macarrones, consiguió que la bruja, se pasara al "lado claro de la fuerza", pero la desmemoriamos.
Menos mal que si se acordaba de cómo recobrar la memoria, y menos mal que estaban los papás y las mamás para ayudarnos. (Gracias de nuevo. Lo hicísteis genial.)
Después de este derroche de ritmo, sólo nos quedaba acompañar a la bruja hasta donde estaba encerrada la dama. Dormía como un tronco porque estaba encantada. La despertamos, como no podía ser de otra manera, y en agradecimiento, nos dio chuches a todos.
(Que bien sienta una dulce recompensa después de tanto esfuerzo)
Lo pasamos en grande. Todo salió de maravilla. Ninguno se transformó en rana y todos llegamos sanos y salvos de nuevo al cole.
Han sido unas semanas maravillosas. No sólo para los dinosaurios y los macarrones, también para sus seños, y sabemos que para algún padre.
Gracias por ayudarnos a vivir una aventura maravillosa, que ha tenido el mejor broche: la ilusión en la cara de vuestros pequeños.
El próximo año, quizá no haya brujas ni caballeros, pero algo nos inventaremos.
Por último, los mejores momentos.
EL BUFÓN Y SUS JUEGOS MALABARES |
TODOS MUY ATENTOS. NADIE SE QUERÍA PERDER NADA |
PREPARADOS PARA LA GRAN CARRERA |
LOS PAPÁS , CON LOS OJOS COMO PLATOS |
LO PASAMOS GENIAL ENLA CARRERA DE SACOS Y NADIE SE CAYÓ. |
LAS MANOS HACIA ARRIBA... |
TODOS PREPARADOS PARA EL GRAN MOMENTO |
AL FINAL, TODOS TAN AMIGOS |